Violette Carson se puso en contacto con Factoría Iris para llevar a cabo su primer videoclip, que quería presentar al primer Benidorm Fest, para intentar ser el representante de España en el televisivo espacio de Eurovisión.

El artista quería mostrar la letra de su canción con imágenes enérgicas, elegantes y sobre todo muy visuales. Factoría Iris llenó el videoclip de actores y efectos digitales sorprendentes, llevando al espectador al olimpo de los dioses representado por Violette Carson, y a la realidad humana de los delitos de odio, con actores y actrices que mostraron sus propias realidades para visibilizar esta lucha por la igualdad de todos los seres humanos del planeta.

Un trabajo llevado a cabo con mucho esmero, y sobre todo mucha tecnología.